lunes, 14 de febrero de 2011

Armado en los cielos

 

No se asusten por los que les voy a contar… Bueno, no se asusten mucho.

La semana pasada aterrizó en Ezeiza un avión de guerra estadounidense. Que venía cargadito, cargadito, como un burrito cargado.

Cuando las autoridades aeroportuarias vieron el cargamento se quedaron mudos, sus caras empalidecieron y un escalofrío corrió por sus espaldas. Eso me lo imagino yo.

Como es de práctica usual comenzaron con las investigaciones, bajo un hermetismo digno de un tupperware.

Nadie decía nada, nadie sabía nada. Ni el cómo, ni el porqué, ni mucho menos el para qué.

¿Qué era lo que estaba haciendo el avión fletado y pagado por el Gobierno de Obama? ¿Pensarían invadirnos y por eso primero enviaron las armas? Claro, después vendrían ellos para manejarlas. ¿Pero serían capaces de actuar con tal disimulo?

Las preguntas eran muchas al igual que el silencio. Nadie conocía el cometido del avión, ni siquiera lo sospechaban ni lo intuían.

Lo concreto era que teníamos un avión de guerra armado hasta las alas. Muchas hipótesis y ninguna explicación.

Hasta que voces autorizadas decidieron sacarnos de las ascuas en las que estábamos sumidos. El ministerio Siamés (si ¿se acuerdan? ése que era uno y ahora son dos) había (o habían según se mire) celebrado un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, para que vinieran a entrenar a nuestra Policía Federal. Sí, que los entrenaran, ¿de qué se asombran?. Ah claro,  ustedes se acuerdan de la acusación de Twitterman al intendente pudiente por el entrenamiento de la Metropolitana. Bueno, gente, esos son pequeños detalles  de los que nadie se acuerda.

Lo preocupante de todo esto es que daría la impresión que el gobierno es un gran coro de solistas o de individualidades. Nadie sabe lo que hace el otro. La mano derecha no sabe lo que hace la izquierda.  El Ministerio Siamés no es la excepción, tampoco sabia muy bien lo que hacía cuando estaba unificado porque se olvidó del acuerdo con Obama. Y cuando se enteró de la presencia del avioncito también le corrió el friíto por la espalda.

Que cosa, tanto contar olvidos y yo también me estaba olvidando. Twitterman tampoco dijo nada de nada sobre esto. ¿Qué raro no? el que es tan Twittorragico .  Habrá extraviado su clave… En fin, cosas que pasan.

Besooo.

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