miércoles, 18 de mayo de 2011

Paralelo culinario

Como dice mi mamá, en todos lados se cuecen habas. Claro a veces las habas están más o menos duras por distintas razones culinarias, por lo tanto deben cocerse más, o menos tiempo según el caso.

En estos lares, tal vez sea por una cuestión de ubicación, altura o temperatura los cocimientos son pequeños, casi íntimos. Son atendidos por sus “propios chefs” personificados en autoridades, jueces, y un largo casi interminable etc.

Generalmente estos hervores, escandaletes y/o jaleos, se dan dentro de los límites de nuestro terruño. Pocas o nulas han sido las veces que se han dado fuera, y nos hemos tenido que hacer cargo del cocimiento con hervor y sus consecuencias, “el lavado de trapitos”. Aunque pensándolo bien tal vez ello se deba a que fuera se pone un mayor cuidado y esmero en cocinar sin ensuciar. Por que lo que allí se lave, debe lavarse en profundidad, mientras aquí con un simple enjuague pasa la prueba de la blancura.

Siempre está la excepción, aquel que en su país pone el debido cuidado y esmero en su comportamiento, o esgrime algún que otro artilugio para que no trascienda. Pero que cuando sale de su entorno geográfico da rienda suelta a sus bajos instintos. Tal es el caso del director gerente del FMI, que fue acusado de ataque sexual a una mucama del hotel en el que se encontraba.

Como son las cosas y los eventos de la vida, porque este señor cambió en cuestión de segundos una habitación de U$S 3000 por la celdita de una prisión. Se pasó unos 10 Km de la raya. Culinariamente hablando, lo agarraron con las manos en la masa y poniéndole agua a una cacerolita para cocinar las habas.

Igualmente, en este como en todos los casos, las opiniones se dividen. Las voces se levantan. Se esgrimen argumentos. Los defensivos proclaman que esto es una cuestión política. Que es una situación claramente tramada por la oposición. Que este señor si bien es un tanto pirata, jamás haría una cosa así. Que la situación no está del todo probada, que no se vió nada en las cámaras de seguridad. Y otros acusatorios que dan como ciertos los hechos y claman por su renuncia.

Mientras tanto, aquí todo sigue más o menos igual, las temperaturas se mantienen, la lucha no esta cerca. El fragor aun no ha llegado y tampoco mi inscripción en el padrón de CABA.

Besooo.

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