viernes, 29 de julio de 2011

Argentinos hsta en la Luna

Cuando era chica, mi mamá siempre me acusaba de estar en la Luna de Valencia. Es que yo era... bueno, soy, un poco distraída. La pena es que mi mamá aludía y aun alude a la Luna de Valencia. Tal vez si hubiera dicho sólo que estaba "en la Luna", quizás me hubiera inspirado a hacer un pingüe negocito, como el que voy a narrarles.
El Tratado de Espacio Exterior, establecido por la ONU, señala que ningún gobierno puede adueñarse de la propiedad de ningún planeta o estrella. Pero, nada dice sobre los particulares. Entonces el pícaro Sr. Dennis Hope, ni lerdo ni perezoso, enunció: “Si no es de nadie… ergo, es mía”.
Y así fue que en el año 1980 el Señor “Esperanza” (Hope), sin tan siquiera despeinarse, se metió a la laguna legal dejada por la ONU, dió unas brazadas, y cuando hubo hecho pie registró el satélite y todos los planetas del sistema solar a su nombre.
Pero esto no fue todo. Su aguda astucia (y mayor caradurez) lo llevó  más allá, lejos, lejísimo, más lejos aún de donde el diablo perdió el poncho. Porque no contento con haberse apoderado de nuestro único  satélite y sistema solar incluido, dió un próximo pasito de astronauta y en él dividió a la luna en pedacitos, y comenzó con su venta mediante la Embajada Lunar. Sí, así como lo leen sus ojos.
Vendió terrenos a 6 millones de personas de 80 países del mundo y a más de mil corporaciones. Son terrenos de 4000 metros cuadrados. Por si alguien está interesado aquí tienen los valores: U$S19,99  el terreno (está en oferta), además se paga U$S 1,51 de impuestos, porque si hay algo que Don Hope detesta es la trasgresión de las leyes. Me olvidaba si quieren una foto satelital de su lote con su nombre impreso tienen que agregar un costo de U$S 2,50. Eso sí, se las envía a cualquier parte del mundo por el pago de unos módicos  U$S12,50. Es decir, todo el paquete por U$S 36.50.
El título de propiedad se entrega con un certificado personalizado de la escritura de compra, una foto satelital de la propiedad e información geográfica para ayudar a localizarla. Lo que no va a ser tarea fácil, es todo tan reciente que todavía no pudieron hacerse una escapadita para colocar los postes y el alambre para la delimitación de los terrenitos mejor dicho o luninitos. Árboles al menos todavía no hay, calles tampoco, así que traten de no perder esos datos porque si no van a estar en problemas.
Y esto no es todo señoras y señores. Según un informe de la Embajada Lunar, ¿a que no saben cuántos de nuestros compatriotas adquirieron su pedacito de luna? 1741 y adquirieron un total de 2000 hectáreas a un precio de 150.000 dólares. En fin… a falta de buzones, buena es la luna.
(Fuente lanación.com)
El domingo los porteños vamos a ejercer nuestro derecho ciudadano, hagámoslo en paz y a conciencia.
Besooo.
Buen fin de semana :-D

jueves, 28 de julio de 2011

Tan sólo palabras...

A través de las palabras nos comunicamos, nos relacionamos. Expresamos sentimientos, estados de ánimo. Hay palabras eternas, que se usaron y usarán por siempre. Arcaicas, que han caído en desuso por antiguas. Las hay nuevas, las hay inventadas, las hay mal utilizadas ,las hay de moda y otras que no sé como encuadrarlas. O tal vez sí… podría encuadrarlas como tilingas. En esta oportunidad me voy a referir a los dos últimos grupos, aunque no necesariamente en ese orden.
En mi humilde opinión, el icono de este tipo de palabras tilingas es “imperdible”. De existencia imprescindible, casi obligatoria  en el vocabulario de todo conductor/a de programa de cable y/o de aire símil cable. Se la utiliza en forma frecuente, tal vez demasiado, y en ocasiones varias.
Tal vez lo que me molesta puntualmente no es la palabra en sí, aunque me resulta un poco disonante, cacofónica (remitiéndome a un alfiler de gancho), sino es la frecuencia en su uso, quizás indiscriminado. Y todo ello para vender lo invendible.
No quiero generalizar ni prejuzgar, pero en base a la experiencia recabada en estas lides de perder o no perder lo imperdible,  en general cuando algo se califica como imperdible es absolutamente perdible, es más,  es de perdibilidad obligatoria.
Volviendo al tema de las palabras de moda, no sé quien la impuso (aunque tengo mis sospechas), pero me irrita aún más que imperdible, y es femeneizar una palabra de género neutro.
Es extraño,  eso lo aprendí de mi familia  y después  corroboré la certeza de esta regla en el colegio, ”el género lo dá el articulo”. Claro, tal vez se deba a que eso fue en el siglo pasado, quizás ahora no sea así, y para determinar si es femenino debe tener a. Algunos  ejemplos:  de gerente, gerenta, de intendente, intendenta, de cliente, clienta, de presidente, bueno… esa ya la conocen.
Esta nueva regla no sé si se aplicará a todas las palabras que “terminan con e” o sólo a algunas. Entonces, ¿que pasará con las palabras inteligente, indigente, diligente, astringente, potente, candente, asistente, importante? ¿Tendrá que decirse inteligenta, indigenta, diligenta, astringenta, potenta, candenta, asistenta, importanta?
La verdad, esto me deja más dudas que certezas. Lo que me parece es que este cambio letrístico lo único que hace es profundizar la diferencia de géneros. Ellos se adueñan de  la e y la hacen masculina, y somos  nosotras que para lograr el "femenino"  tenemos que cambiar y poner la a.
Besooo.

miércoles, 27 de julio de 2011

Mensajes encriptados

Hoy es el primer día del resto de mi vida, y si no lo hago hoy, mañana será tarde. O quizás no haya un mañana en el que pueda hacer este planteo, este enunciado casi trascendental que mi intelecto se niega a develarme, a hacerme compartir con el resto de los seres, a hacerme parte integral de ese universo al que se dirige. 
Es verdad, lo asumo. Hay muchas cosas que no entiendo, es más, tal vez sean más las cosas que no entiendo que las que si. Aquellas que pasan por mi sesera como si nada, códigos cuasi secretos que no logro descifrar por más que pongo todo mi empeño, por más que pongo toda mi fuerza motriz a su servicio para romper esa caparazón que no me permite ver lo que hay en ellos.
Tengo aislada a mi parte racional. Está casi en penitencia, le dí una consigna de lo más sencilla, y aun no la ha descifrado. Se niega, está rebelde, furiosa, encaprichada, casi en huelga. Lo que me inquieta es que tal vez no pueda hacerlo.
El otro día estaba mirando la tele. Esta vez las tandas comerciales estaban ausentes, lo único que aparecía en ese rentado escenario eran  las propagandas partidarias que se  sucedían sin descanso las unas a las otras.
Algunas me parecían simpáticas, otras hechas con esfuerzo, otras por demás optimistas, otras con intenciones explicativas, pero otras…me parecieron ininteligibles. Tal vez hayan sido pensadas, escritas y dirigidas por algún discípulo de Bergman, Buñuel y varios directores de cine Iraní por que al menos yo, no las entiendo.
Tomemos por caso la del Jefe de Gobierno que ellos dicen que ganó, y festejaron sonadamente su triunfo. Sí, el mismo que el domingo va a balotaje y cuyas esperanzas le dan un 55% sobre el otro candidato. Bueno, ese. En sus spots aparecen unos dibujitos muy mononos, con distintos atavíos, se toman de la mano y ponen cara de felicidad. Al final aparece un corazón rojo que late y que dice: “Buenos Aires para Todos”. No sé, será que después de ver eso, asocié la frasecita con el autor del “para todos sólo para algunos”, Moreno. Inmediatamente después, el cielo se oscureció,  sentí un frío corriendo por mi espina, y me sobrevino una especie de amnesia atontante que nubló mi entendimiento.
Otro que tampoco entiendo es el que hace la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires. Esta muy bien hecho, cuenta la evolución que han tenido ciertas normas o costumbres a través del tiempo, y que ahora resultarían inaplicables. De un gran rigor histórico, imágenes impecables. Se nota que hubo investigación, trabajo, dedicación. Seguro salió carísimo. Al final del spot se dice “crecimos”. Lo que no entiendo que tiene que ver con la gestión del hijo del ex dueño de la casa de electrodomésticos.
En fin, algunas propagandas deberían venir con un folleto explicativo, o un cuadro sobre cuadro, con alguien que diga que es lo que se quiso decir, para que gente que es medio durazno (soy un poco modesta) como yo, no se quede fuera del mensaje. Vamos, todavía están a tiempo. Tienen las primarias, las generales, y... ¿un posible balotaje? No sé. Por las dudas no pongan toda su Santa Fe en ello…
Besooo.

martes, 26 de julio de 2011

Cicatrices

Hoy te miré en forma diferente. Me embarga el dolor y la compasión, miles de cicatrices te cubren. Ignoro su procedencia, tal vez heridas de batallas libradas por distintas razones a lo largo de tu vida, con algunas victorias y otras tantas derrotas.
Parecen haber sido hechas con violencia, al azar pero con gran saña y violencia. Un desalmado muestrario de la obra de un carnicero sádico. Son muchas y te cubren por completo, te atraviesan en todas direcciones, sin seguir un patrón lógico. Algunas son muy profundas y otras están, casi, a flor de piel.
Sus formas son variadas, caprichosas. Algunas parecen islas prolijamente delimitadas. Otras sólo son líneas sin sentido, con un principio pero sin ningún final visible. En cambio otras son depresiones muy profundas que calan muy hondo.
Me pregunto por que te han hecho tanto daño, que buscaban en tus entrañas para dejarte en ese estado. Tal vez fueron como resultado de alguna dolencia, quizás de varias. Pero, si ese es el precio para estar saludable, bien lo ha valido.
Lo importante es que aún estás entre nosotros, comunicándonos, guiándonos, siéndonos útil a pesar de todo y de todos. Te atravesamos una y otra vez desgastando tus heridas y avivando otras.
La verdad es que no entiendo a las empresas, y esa compulsión destructiva de calles y veredas. Viene Electricidad del Norte y hace un pozo, obviamente deja un parche mal hecho que cuando pasas te hundís, o te tropezás o se llena de agua. Esto implica un doble riesgo porque podes meter tu patita y llegar al centro de la Tierra o que un auto pase y te bañe hasta el propio tuétano.
Pero después viene Electricidad del Sur, y obviamente no va a usar el mismo pozo que hizo su punto cardinal opuesto, no y no. Entonces hace otro pozo el doble de grande, de mal hecho, de mal arreglado, y de espantoso.
Después que ambas empresas lumínicas hubieron trabajado “arreglado vereda y pavimento” (cual perro o gato, que intenta tapar lo intapable ), y con cara de dejamos esto hecho un billar, la empresa que nos provee el  agua se acuerda que nos tiene que dar más potencia, que sale poca, entonces tiene que poner caños más grandes, bien grandes, gigantescos. Entonces hace pozos enormes, imponentes, gigantescos, estamos hablando del agua, elemento vital, no se puede andar con chiquitas, todo tiene que ser a lo grande.
Pero estas no son las únicas empresas que se preocupan por destripar nuestras nobles aceras, también están las subtísticas, las de gas, las de teléfonos, y alguna otra que para resguardar su identidad trabaja con nombre ficticio.
Yo no sé, a mí lo que me da un poco de temor, miedo o inquietud es que algún día las aceras se venguen, y nos terminen tragando a todos a través de un pozo mal tapado como en la película Poltergeist.
Besooo.

viernes, 22 de julio de 2011

Un flagelo programado

No hay aviso previo, ni advertencias ni nada que presagie su presencia, solo aparece , en un instante me arranca de sus brazos y me trae nuevamente, con esa voz metálica y molesta que no puedo soportar. No deja resquicio para las despedidas, ni los “hasta luego”, ni un corto “vuelvo pronto”, la violencia con la que actúa no entiende de humanidades ni sutilezas.
Su crueldad no conoce de limites, es cruda, extrema. Debe cumplir su cometido y lo hace eficientemente, sin miramientos, de manera impía. Él tan sólo me arrebata de ese estado placentero, cálido, sutil, casi intrauteríno. Ese estado en el que todo es posible, en el que todo se cumple, en el que volás, tocás el cielo con las manos y al mismo tiempo caés en un precipicio sin fin y salís indemne.
Pero mañana va a ser distinto, no voy a permitirle entrar en mi vida, ni en mis dominios. Mañana voy a plantarle batalla, a boicotear su cometido, a poner límites. No va a arrancarme de los brazos de Morfeo tan fácilmente. Mañana es sábado, asi que no pienso poner el despertador. Tal vez otros se encarguen de romper los cristales de mi sueño.
Estamos rodeados de obras en construcción. Es una pesadilla, terminan una y empiezan dos. Y como estos chicos no dan abasto con tanta obra, temprano, tempranito empiezan con sus disonantes gritos y penetrantes chiflidos. Lo que garantiza un “dulce y temprano despertar sabatino”.
Mi odio despertadorístico, al igual que el de muchos otros humanos comenzó en mi más tierna infancia. Mi papá tenía, y aun hoy lo conserva intacto, el sueño un ”poco pesado” (lo de poco no es literal), entonces tenia un despertador acorde. Como sería el estruendo que emitía esta bomba homicida de sueños, que el vecino de enfrente dejo de usar el suyo para ahorrar recursos.
El transcurso del tiempo hizo que un día ese despertador desapareciera de nuestras vidas, fue un accidente lamentable, aunque al fin puso las cosas en equilibrio. Pero, y siempre lo hay, mi papá vino muy contento un día con su reemplazo, un radio despertador, que por supuesto ponía a un volumen que te volaba la tapa de los sesos.
Eso sí, cuando lo quería apagar tocaba todos los botones, todos, toditos, así que nunca sabías que te iba a despertar, era la sorpresa de cada mañana. Ignorabas si lo iba a hacer una voz de locutor/a de AM, FM, tango, pop, rock. Un día nos despertamos con la emisión de la celebración de una misa.
Es increíble. Los años han pasado, pero la sensación aun permanece vívida en mi memoria. Me dió un susto de muerte, desperté al son del Dios te salve María y comencé a rezarlo de inmediato, el corazón se me salía, pensé que me había quedado dormida en la capilla del colegio, no entendía lo que pasaba a mi derredor. Lo único que pensaba mientras rezaba era en una excusa para darle a la Hermana Mirta.
En fin, los años pasaron, los despertadores se sofisticaron, se les agregaron más funciones, haciéndose más eficientes, y más aguditos, sacándonos de nuestros dulces sueños en un abrir y cerrar de ojos, y evitando con la taquicardia que nos producen el que nos volvamos a dormir.
Besooo.
Buen fin de semana.

jueves, 21 de julio de 2011

¿Tener o no tener? He ahí el dilema

El otro día estaba leyendo algo, no recuerdo que. Lo que sí recuerdo es que leí la palabra “autocrítica”. Inmediatamente comenzó a salir humo de mi sesera, los ejes comenzaron a rodar, y mi inspiración, que no me pierde pisada, comenzó con sus susurros a atraparme entre sus redes para que no pueda escaparme.
Lo primero que hice fué, como decía mi maestra Margarita, ir a buscar la palaba al mataburros para tener una noción más acabada y profunda de lo que ella significa. La definición que da el diccionario de la palabra autocrítica: “Un juicio crítico sobre uno mismo, o sobre una obra propia. La autocrítica sirve para aceptar nuestras limitaciones y desarrollar nuestras posibilidades”.
De lo que se infiere que la autocrítica es más o menos como sacarnos el cuero con nosotros mismos, como nos vemos a nosotros mismos, evaluar cuan buenos o malos somos, cuan voluntariosos, trabajadores, o fiacas y/o vagos somos. Poner en claro si estamos haciendo las cosas bien o solo nos estamos haciendo trampa.
Y, en tal caso, si nos damos cuenta o no que nos estamos haciendo trampa a nosotros mismos. En caso de no darnos cuenta, la evaluación pondrá de manifiesto lo vivos que somos para engañarnos a nosotros mismos. Como seremos de piolas que ni nos damos cuenta del autoperro que nos metemos.
Pero si no nos damos cuenta, ¿cómo saber nuestro grado de viveza por hacernos trampa? Tal vez sea en este punto donde debería aparecer la autocrítica, poniendo de manifiesto nuestra autotrampa, como lo haría la voz de nuestra conciencia.
Por lo que entendí, la autocrítica funcionaría más o menos así. Creo que tienen la idea, y sino evalúense y determínenlo, eso sí, honestamente. El corolario sería: lo importante es tener autocrítica, ello, independientemente de cómo se la utilice.
Hay distintos tipos de personas, y el nivel de autocrítica varía según las características de cada individuo. Por eso hay gente que la tiene en forma desmedida, ensañándose consigo mismo y con sus actos. Hace un uso casi abusivo de ella, la pone en práctica a cada paso, evalúa todos sus actos a través de su lupa.
Otros hacen un uso más racional de ella, mas relajado. La evaluación es prolija, exhaustiva, para ello se mueven dentro de sus acotados o amplios límites, según sea el caso.
En cambio hay otros que la desconocen, que jamás escucharon hablar de ella. Nada lo ven a su través, simplemente la ignoran por completo. Incluiría aquí como ejemplo a algunos exponentes de la clase política y sus consiguientes actos en los que denotan una carencia total y absoluta de autocrítica.
Pero claro, los ejemplos son muchos, no quiero ser injusta por nombrar a unos sí a otros no, no puedo transcribir todos los actos que se me vienen a la cabeza, para eso esto debería escribir un tratado y no un post. Aunque cada uno tendrá una lista mental de hechos en los que no se hizo una autocritica, por lo menos una sentida y sincera.
Besooo.

miércoles, 20 de julio de 2011

¡Les deseo un Muy feliz Día!

Hace 42 años, en un día como hoy, el Hombre pisó por primera vez la superficie lunar. Y lo mejor fué que lo vimos desde nuestras casas, en aquellos televisores blanco y negro sin control remoto, y a veces sin esas perillas que tenían para cambiar los canales, acompasados por ese sonido característico tuc, tuc, tuc y así sucesivamente hasta que llegábamos al canal que queríamos. En realidad tampoco eran tantos los canales, ni se cambiaban tan frecuentemente porque daba bastante fiaca levantarse, o bien por que la antena no los captaba.

Veíamos a los astronautas en tiempo real, aunque en esa época se decía  "en vivo y en directo", en el mismo momento en el que estaba pasando. Estábamos asistiendo a un hecho histórico, trascendental, veíamos por nuestras pantallas borrosas a hombres que no estaban en este planeta.

Seguíamos con atención suprema todos y cada uno de los detalles que se producían fuera de este mundo, extasiados, atónitos, azorados por la sola idea. Nos emocionamos con cada paso, cada movimiento y cada palabra que se decía.

Fue un quiebre, un antes y un después, el mayor avance científico que se había producido hasta el momento. “Un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad”.

Claro, no faltaron los malos intencionados con sus opiniones ponzoñosas y conspirativas sosteniendo que la llegada a la Luna no fue real, sino una ficción, un montaje hecho en un estudio de televisión. Yo prefiero creer que el hombre salió de este mundo y pisó la Luna.

Hoy también es el día del amigo, y no por casualidad, sino por una iniciativa de Enrique Febbraro, argentino. El sostuvo que el 20 de julio debía establecerse como Día Internacional del Amigo porque: “habíamos estado todos pendientes de la suerte de los astronautas, fuimos sus amigos y ellos, amigos del universo”.

Por eso les deseo un feliz día a aquellos que tengan un amigo, o un millón. A aquellos que tengan amigos reales, virtuales o imaginarios. A aquellos que tengan amigos del trabajo, del colegio, del café, del colectivo, del barrio o, como los califica mi mamá amigos de chau. A aquellos que conservan sus amigos desde la infancia. A aquellos que suman amigos cada día.

No importa si son muchos, o pocos, lo importante es que lo sean, que estén para vos y vos para ellos. Al final, o al principio, es lo único que cuenta.

¡¡¡QUE TENGAN TODOS UN MUY FELIZ DÍA!!!

Besooo.

martes, 19 de julio de 2011

Atractivamente distractivas

Las hay humorísticas,  tiernas, amorosas, combativas, persuasivas, comparativas aunque muy morigeradas, sin poner mucho énfasis para que no se note tanto y no quedar antipáticas. También las hay simpáticas, reiterativas, copiadas, originales, geniales, mediocres, cansadoras, bobas y sin sentido. Y por supuesto mínimas, cortas, largas, infinitas y agotadoras.

Pero si hay algo de lo que estoy segura es que haberlas las hay, y muchas. Se presentan en formatos muy variados, intentan ser únicas y sobre todo dejar huella indeleble en nosotros.

Algunas son trascendentes, perduran en nuestra memoria por años, y a veces, no muchas, se transmiten de generación en generación. Otras son efímeras, olvidables por distintas razones. Quizás se deba en mayor medida a su intrascendencia, su ininteligibilidad o falta de calidad intelectual.

A veces las esperamos con ansias para que nos den ese descanso tan necesario, otras las detestamos por su inoportunidad, por aparecer en el mejor momento, en el de la definición, en el que todo se vuelve claro.

Su misión puede consistir en transmitir un mensaje, ofrecer o informar, no se les pide otra cosa, solo eso. Nada más y nada menos, esa es la razón por la que fueron creadas, pensadas y deben cumplir su cometido a como de lugar. Algunas lo logran, otras… es como todo en este mundo.

Este largo prolegómeno anuncia a los anuncios, propagandas, publicidades, PNT, chivos y afines. Ellos aparecen en nuestras vidas, intempestivamente, como si nada, sin decir un “Permisooo,  ¿se puede?”. Y lo peor no es que solamente entran, sino que también se instalan, y lo hacen en nuestras casas, en nuestras vidas, en nuestras PC, y teléfonos celulares.

Nos rodean, los aturden, nos confunden, nos agobian, se apoderan de nuestra atención y a veces nos manejan. Nos cuentan una historia mágica bonita, instantánea, fácil de conseguir y mantener. La adornan con música emotiva o pegadiza, lindos paisajes, hermosas casas y gente bella. Valiéndose de todos esos elementos infalibles esperan que les creamos lo que ellos nos dicen y que le compremos lo que ellos nos venden. Y lo peor… es que lo logran.

En mi caso hay publicidades que detesto por frívolas, inverosímiles y largas. Algunos ejemplos: la del banco gallego y su parejita que se pasa factura en forma constante por que no tienen la tarjeta que quieren. O  la de esa cerveza sin alcohol, interminable, aburrida, tediosa,  en que la novia con una pésima dicción enumera , en la peluquería,  las virtudes del banana de su novio. Tal vez muy profunda para mi, no la entiendo.

Otras en cambio, me atraen como el abismo quizás por lo bizarras. Ellas son las de ventas telefónicas, el "Llame ya y en vez de uno, llevará dos". Esas que pasan a la mañana temprano o a la noche tarde. Sé que son falsas, están pésimamente actuadas, los productos son inverosímiles: tés, zapatillas, pastillas, fajas, corsés, medias, y demás elementos que milagrosamente te hacen bajar de peso rápidamente y sin sacrificios. También se ofrecen productos para el pelo de todo tipo, aparatos para hacer gimnasia pero malos, malísimos, escobillones que también sirven como plumeros y lampazos, mangueras, etc.

Jamás estando en pleno uso de mis facultades mentales, compraría nada de lo que allí se publicita, por su inutilidad y dudosa calidad. Pero no sé, me atraen, no puedo dejar de verlas una y otra vez. Es una adicción desmedida, necesito esa cuota bizarra, es algo hipnótico. ¿Será eso?

Besoo.

lunes, 18 de julio de 2011

Los Rebeldes

Existen varios tipos de personas, cada uno de ellos con sus propias creencias, principios, idiosincrasia. Que intentan a su manera ”modificar” este mundo para hacer de él un lugar mejor. Algunos lo logran dando su aporte positivo, haciendo una reforma que parte desde ellos y nos afecta de manera beneficiosa.

Otros, en cambio, tratan de modificar el “orden establecido”, haciendo añicos  las estructuras establecidas convencionalmente por la sociedad. Para ello se rebelan, se oponen, trasgreden. Su conducta nos afecta a todos, ¡y cómo nos afecta!

A veces su oposición tiene una justa causa, aunque sus medios no son los adecuados, pero otras su rebeldía es incausada. Se oponen porque sí, por que tienen ganas, por que les gusta.

En ese grupete de rebeldes sin causa, yo incluiría a los renegados coleros. Se los encuentra por doquier, en cualquier lugar en el que deba hacerse una fila, por ejemplo bancos, cajeros, pago fácil, lugares de votación, colectivo, etc.

Son aquellos que se rebelan contra el sistema. Los mismos que no quieren pertenecer pero no pueden quedar fuera, los que lo integran muy a su pesar. Ellos demuestran su fastidio a cada paso, y hacen todo lo posible o imposible para mantenerse fuera de lo establecido. O al menos complicar al máximo su funcionamiento y por ende nuestras vidas.

Ellos se mantienen al margen de todo, solo están ahí, ni incluídos ni excluídos, sólo presentes. Se sitúan a una distancia prudencial de quien los antecede para no ser confundidos ni incluídos, para no asfixiar o ser asfixiados, aunque si para confundir. Van y vienen creando incertidumbre, duda, desasosiego a quien los sucede en la cuasi fila que hacen a medias  y a desgano.

La situación es por demás confusa, y  debe ser aclarada cuanto antes, entonces, tenés, más bien debes, hacer la pregunta, no puede haber más dilaciones. Queda así plasmado ese punto sin retorno, en el que te obligan, casi te compelen a formularles esa pregunta, ese cuestionamiento trascendental, que fija una posición, que los obliga a definirse, a quedar dentro o fuera tan sólo con una respuesta.

Entonces surge desde lo más profundo: el "¿Estás en la fila?". Para nosotros una simple pregunta, pero para ellos no. De su respuesta depende su definición, el develar de que lado están, el estar dentro o fuera, el pertenecer o no, quizás el ser un ladrillo más en la pared.

La respuesta puede variar, según el caso. En mi experiencia, generalmente emiten un sonido ininteligible, porque no se atreven a pronunciar en voz alta aquella definición y que el mundo los escuche. Lo que se juega es mucho. Otras veces la respuesta es un seco sí, seguido por un diálogo mudo de miradas penetrantes, acusadoras, reprobadoras y en algunos casos defensivas. El diálogo miradístico seria más o menos así: outsider o renegado colístico echando mano a su mirada más hostil, que implica casi un grito de furia te dice “Mi posición es clarísima, ¿no te das cuenta, paparula, que estoy en la fila?”. Y vos que le respondés con otra mirada, con el mismo tenor e intensidad: ”Si tu posición fuera tan clara no me hubiera gastado en preguntar, pasguata/o”. Demoledor.

Por eso señoras y señores renegados y/o rebeldes fileros, si no les gusta hacer fila, porque quieren cambiar el mundo, el sistema, o el orden establecido, o lo que sea que piensen y sientan, tengan a bien no estorbar a los que sí hacemos fila conservando una postura clara. Eso sí, mostrando nuestro fastidio, a regañadientes, con disgusto, pero asumidos.

Besoo.

viernes, 15 de julio de 2011

Quizás una paloma mensajera…

Hacía mucho que me era indiferente, que no me inspiraba. La sentía distante, abstraída en sus cuestiones. A partir de aquel anuncio hubo un quiebre entre nosotras, ella no buscó mi inspiración y yo no busqué que me inspirara. Y así fue como llegamos a este estado de cosas. Ignoro por que se produjo este impasse, este alejamiento sin razón.

Se produjo ese no sé que, algo le pasó y me pasó, aunque si me lo preguntan no desconozco muy bien que. Tal vez esas insignificantes cosas del momento que perduran sin razón.

Hoy la ví. Vestida de negro, monísima como siempre, impecable. Llevaba un collar de perlas blancas, me hizo acordar a la versión techie de Doña Petrona. En el mismo segundo que esa imagen atravesó mi mente, mi inspiración me miró fijo a los ojos y dijo "Basta, no podemos seguir así. Es ella o nadie". Recapacité sobre el particular, lo medité a conciencia, y no encontré nada. Entonces me dije férreamente en voz alta y con convicción "No hay razón, al menos ninguna que yo recuerde". Entonces, es así como fué ella.

Ella tuvo una semana extraña, plagada de alegrías y sinsabores, al igual que la vida. El fruto de sus entrañas traerá una vida a este mundo y su candidato por CABA trajo la primera derrota de esta batería eleccionaria, y un balotaje. Hasta ahí un empate, la de cal y la de arena necesarias para mantener el equilibrio.

Otra noticia que también la tiene como protagonista no sé si tendrá una contrapartida que mantenga el equilibrio. Un blog de autor anónimo, cuya aspiración es ser una suerte de Wikileaks vernáculo, donde se ventilan cuestiones que no se  desea que sean ventiladas. Dice tener el contenido de correos electrónicos de Ministros, Secretarios de Estado y jueces de la Corte Suprema, entre otras personalidades. Lo que no podría confirmarles es si esos son mails que se cursaron entre ellos o de cada uno por separado. Eso lo desconozco, aunque confieso que me gustaría saberlo.

Según una noticia de Yahoo, la Nación se comunicó con funcionarios cuyas cuentas fueron hackeadas, y algunos textos se reconocen como “familiares” (sic). De más esta decir que con este temita todo el mundo esta que trina, porque parece que todos tenemos, y con más razón ellos, un mail bajo la alfombra. Todavía no se dió a conocer ninguno, pero promete revelar cuestiones bastante álgidas y sabrosas, chismes, chimentos y chismeríos de las personas y personajes que rigen nuestros destinos, al menos por ahora.

No soy una persona de dar consejos, pero en virtud de esta coyuntura, considero que ya es tiempo de buscar otras vías de comunicación alternativas y tal vez volver a los orígenes. Por ejemplo utilizar el viejo y querido chasqui. Eso sí, que tenga la fidelidad de Bernardo, a quien jamás se le cruzó por la cabeza decir una palabra sobre la doble identidad del Zorro. Tal vez y solo tal vez, ello se debió a que era mudo. Otra alternativa sería la paloma mensajera. Aunque, pensándolo bien, la pueden bajar de un hondazo.

Por ahora, no se me ocurre ningún otro medio, así que lo dejamos así, cualquier cosa vamos viendo.

Besooo.

Buen fin de semana.

jueves, 14 de julio de 2011

Máximas para él

El persistir en el intento cuando se carece de habilidad, de aptitud. Intentarlo una y otra vez, fracasar una y otra vez sin darse cuenta, sin quererlo. A veces es bueno aceptar las propias limitaciones, el hecho de que no se es bueno para una cosa y sí para otras.

La pregunta seria ¿Cuál es mi aptitud, de qué soy capaz? Y en todo caso ¿en qué puedo emplear mi aptitud? Todos tenemos, en mayor o menor medida, alguna aptitud. Algo en lo que somos buenos, o al menos no somos tan malos.

Algo en lo que podemos destacarnos y ser los mejores o hacerlo dignamente y sin pasar vergüenza. La respuesta no está siempre en la vocación, ni en el corazón. La tan ansiada respuesta nos la da la honestidad intelectual o nuestra conciencia.

Aquella voz que a veces queremos acallar por que no coincide con lo que deseamos, la que nos objeta, nos cuestiona, nos dice como nadie y con una valentía extrema lo que no queremos escuchar, lo que no podemos escuchar, lo que nos resistimos a enfrentar por verdadero y descarnado.

Pero todo tiene un límite, un tiempo y una maduración. Los intentos no pueden ni deben ser eternos, alguna vez hay que sincerarse y ponerle un final, aunque no sea un final feliz ni deseado, para que otros no padezcan las consecuencias de nuestras decisiones o de nuestras acciones.

Hoy me toco a mí ser el blanco de una mala decisión, de un no darse por vencido, de un seguir ilimitadamente sin importar las consecuencias ni los daños que esa conducta ocasione. Fui perjudicada por la falta de aprendizaje de sus propios errores, su tropezar siempre con la misma piedra.

Todavía no tenemos gas en el edificio, se cumplieron ayer 10 meses de su partida. Lo bueno es que en algún momento de este año se va a solucionar, eso es seguro, fue avalado con la firme promesa del gasista que está a cargo de la obra. Un señor muy particular y peculiar, tan...¿Cómo calificarlo de una manera amable y púdica? Voy a intentarlo, aunque no es fácil tal vez podría ser: “bobo, tonto y un tanto torpe”. Obviamente en privado lo denominamos de otra manera.

Según él ya falta menos, y sus propias palabras “el día de hoy avanzo bastante”. Y vaya si avanzó, estuvo poniendo los caños  que van desde el medidor hasta el interior de de nuestro departamento (vivimos en un PH).

En realidad mas que poner caños, yo diría que estuvo todo el día levantándolos del piso, subiendo y bajando del andamio. El intento de colocación cañística me hizo acordar a esos episodios de Los Tres Chiflados, o a esas películas que sacan de quicio por lo desmedido, por lo inverosímil, por la torpeza que se pone de manifiesto. Pero puedo dar fe y asegurarles que lo que hoy presencie era mucho peor que eso, en un momento osé preguntarme ¿lo estará haciendo a propósito?.

Este hombre podría ser un digno exponente, casi un icono, de lo que mi papá definiría como “manos de manteca”. No se puede creer que alguien que trabaja con sus manos carezca de habilidad manual, es irónico.

En fin, por suerte la sangre no llego al río, y pudo colocar con bien los caños. Felizmente todo término sin más daño que el vidrio de nuestra puerta de entrada roto. Ahora solo estoy sin gas y sin vidrio. Podría haber sido mucho peor.

Besooo.

miércoles, 13 de julio de 2011

Del tiempo extraño…

Respiro profundo, libero mi mente y trato de comprender lo que pasa. No es fácil, no puedo compararlo con nada conocido, busco en mi cabeza pero es inútil, esta vez no hay patrón, ni punto de referencia. Estoy azorada, no llego a comprender de que se trata, en que consiste, cuales son las reglas. Todo escapa a mi comprensión y a mis conocimientos preexistentes.

Tal vez esté asistiendo al nacimiento de un icono, un hito, un quiebre en la historia. Se trata de algo conocido y popular, muy popular, muchas personas participan. Solo soy una espectadora, una extraña, una inmiscuida que mira sin comprender y no participa.

Estoy fuera de este universo que me es extraño, por eso trato de concentrarme, de utilizar todo mi interés para tal vez lograr la integración con lo que me es ajeno, Para alcanzar mi meta anulo todo pensamiento, pongo mi mente en blanco y convoco a mis sentidos.

Mi atención es completa, trato de ver donde no veía, como si viera por primera vez, como si fuera una observadora de otro planeta. Intento no perder ningún detalle de lo que pasa en mi derredor.

Mi mente se aclara, el pensamiento vuela, las ideas se suceden y las similitudes para lograr una descripción van apareciendo. Mientras tanto los seres caminan apurados, trastabillando. Se llevan por delante unos a los otros, a veces con violencia otras por distracción.

Transcurre en distintos escenarios y terrenos, pero eso no les importa, nada los detiene. Saben donde van y como van. Todos parecen ser contendientes de todos en esta contienda multitudinaria, todos están ávidos de medir fuerzas, de probarse los unos a los otros.

Lo importante es llegar y para eso se utilizarán todos los métodos que sean necesarios para inhibir al rival, para superarlo, para dejarlo fuera de la competencia. Lo importante es llegar, pero lo más importante es llegar primero. No importan las consecuencias, ni las distancias, ni los escollos. Ellos todo lo superan, su temple es su motor y su guía.

Hay una meta que yo desconozco, pero ellos sí conocen y reconocen. Ella esta ahí esperándolos, otras veces estuvieron ahí. Tal vez estén a punto de alcanzarla, y la tengan ahí, al alcance de la mano.

Ellos la presienten su meta, la sueñan, la disfrutan. La alcanzarán después de un trabajo arduo, en ocasiones ingrato y desgastante. Pero pronto todo quedará atrás, el llegar borra todo. Allí como tantas otras veces quizá se encuentren con seres queridos, familiares o tal vez amigos. Todo reconforta.

Sigo caminando como puedo por la Avenida Rivadavia hacia Flores. Entonces todo se hace claro, clarísimo, la información atraviesa mi cerebro como un rayo, todo se arma en mi marulo como un rompecabezas instantáneo, miro la hora y lo confirmo. Son las seis de la tarde, hora pico... solo a mí se me ocurre caminar por acá a esta hora.

Besooo.

martes, 12 de julio de 2011

¿Puntos de vista?

Hay tantos puntos de vista como seres humanos hay sobre la faz de la tierra. Los individuos tomamos y vemos las cosas de manera diferente, con las características que nos aporta nuestra propia individualidad.

Dos personas pueden narrar un hecho, una situación en forma diametralmente opuesta, de manera coincidente o con ciertos puntos de contacto. Todo depende y depende de varias razones, cuestiones, circunstancias y consideraciones personales.

Todo depende de donde se mira, de cómo se mira, del ángulo de quien lo mira y de la mirada que se tenga en ese momento. El punto de vista puede cambiar, variar mejorar o empeorar. Todo depende, también, del lugar desde donde parte esa mirada o del cristal con que se lo mire.

Las situaciones y demás circunstancias personales son las que nos hacen ver una misma cosa de manera diferente. A veces algo tiene una apariencia pero en realidad no es lo que parece, o, por lo menos, lo que nos pareció en un momento determinado, sino otra cosa totalmente distinta.

Las frases que caen en los lugares comunes lo dicen todo el tiempo: siempre la moneda tiene dos caras, aunque sea falsa. Siempre hay que escuchar las dos campanas. Siempre la historia escrita por los que ganan va a ser distinta a la que escriban los que pierden. Siempre va a haber el que vea un mismo vaso medio lleno o medio vacío.

Nada es lo mismo, nada es igual. A veces son cuestiones opuestas. Todo depende de quien lo mire, del interlocutor y sobre todo de sus circunstancias. De cuan parcial, imparcial, objetivo, subjetivo, pesimista u optimista es quien ve, quien mira o quien cuenta.

Este largo prolegómeno tal vez es para explicarme y explicar las distintas situaciones que se vivieron este fin de semana electoral. Después de sufragar, sólo uno es el que gana, el que ha sido favorecido con la voluntad popular, el que obtuvo más votos. Es sencillo, aquí hay dos miradas, y dos campanas: la del ganador y la del no ganador o perdedor. Es simple, una parte ganó, otra perdió. Eso me queda claro.

Pero, ¿por qué los festejos, por qué dice haber ganado quien en realidad ha perdido? Tal vez estén mirando el vaso medio lleno y aguardando el milagro, que angoste, mágicamente, la brecha del casi 20%.

En ocasiones el limite entre el optimismo el empecinamiento y la ridiculez, se torna tan delgado que es casi imperceptible.

Por más que intento no lo entiendo. Quizás los medios y periodismo oficialista tengan razón. Puede ser que sea esa la razón de mi falta de entendimiento. Ganó quien no debía, quien no era su candidato, porque votamos mal, porque no estamos bien informados, porque somos ignorantes. ¿Sera así?

Si fuera así tendrían un verdadero problema: la falta de información y la ignorancia podría generalizarse, atacarnos, enquistarse y permanecer en nosotros hasta que se elija presidente. Quien lo sabe, tal vez podría ser permanente…

Besooo.

lunes, 11 de julio de 2011

Profusión electoral

Ayer, como tantas otras veces lo he hecho a lo largo de mi vida, cumplí con mi deber cívico. Aún así esta vez estuvo teñida de estrenos o primeras veces: es la primera vez que voto como porteña, es la primera vez que voto comuneros y es la primera vez que voto en una mesa mixta.

Me gusta ir a votar, ejercer mi derecho ciudadano, expresarme a través de mi voto. Aunque después sea ignorado, no importa. En ese sentido soy una optimista a ultranza, algún día con el avance de la tecnología eso cambiará. Al menos eso es lo que creo, o espero… o lo que sea que deba ser.

Ahora, mi queja amarga. No se quien hará la diagramación de los lugares de votación, tal vez sea una persona o personas con un extraño sentido del humor, o tal vez sea o sean sádicos, o masoquistas o todo eso junto.

Voté en un colegio a unas cuadras de mi domicilio, muy monono, un edificio viejo, remozado, con  unos vitraux adorables. Pero un tanto chico, chiquitititito. La escalera habilitada era mínima, por eso se formaban sobre ellas, colas para subir y para bajar. Cuando finalmente lograbas subir accedías a una especie de palier, (que para no desentonar con el resto del edificio, también era mínimo) y te topabas con otra cola pero esta vez era de la gente que esperaba, en ese incomodo lugar de circulación, para emitir su voto.

Eso sí, la organización era inexistente, fatal, pésima, increíblemente desprolija, mala, malísima. Ni siquiera había un cartel con el diagrama de las mesas. Nadie sabía que números  de mesa estaban arriba y cuales abajo.

Había que buscar guiados por nuestro puro instinto,  entre todo ese mare mágnum de gente la mesa prometida. Lo que no fué tarea fácil, por que la gente era mucha, muchísimo y el lugar era chico, chiquitísimo. No  voy a dar cifras, no soy buena con eso, pero  voy a dar datos certeros, fehacientes, fácilmente constatables. Mi apellido es Peláez, tengo de vecinas a las mesas de los Martínez, y los Pérez, ahora a la mesa mixta de los Martínez y los Pérez. Se podrán dar una idea que pocos no éramos, y todos en un lugar mínimo.

El espacio era tan reducido y la cantidad de personas tan elevado,  que en realidad no sé si voté a quien quería votar o al que quería votar la señora de atrás que se me pegó, pegada pegadísima. Sentía su respiración, sus latidos, su sangre circulando por venas y arterias, y hasta escuché sus pensamientos. Una experiencia… ¿inolvidable?

Otra particularidad que tenía este pequeño escenario electoral, es que no votamos en un cuarto oscuro. No había cuarto oscuro, ni siquiera cuarto, sino una suerte de placard color gris espantoso, con tres paredes. Fue como votar en Narnia. Las boletas estaban colocadas en unas tiras con bolsillos plásticos transparentes, como esos que venden en los llame ya, para guardar zapatos. Ni siquiera había privacidad, tampoco una mesita o estante para doblar la boleta. Mu feo como diría mi abuela Paca.

En cuanto a la veda, me consta que por lo menos tres candidatos, o la gente que tiene a cargo su campaña, no la respetaron. El viernes por la noche, recibimos una llamada invitando a votar a la candidata de un partido centenario. Un partido que tiene su proyecto al sur pego carteles en buzones, teléfonos públicos, mobiliario urbano el sábado por la mañana. El oficialismo, como no podía ser de otra manera, tampoco se quedo atrás, colocó pauta en los partidos de la Copa América. Por lo que me surge una pregunta, si no cumplen respetando la veda, como podemos esperar que cumplan con lo que prometieron hacer en su gestión.

En fin, parece que hay segunda vuelta, así que ahí estaré, emitiendo mi sufragio nuevamente desde Narnia.

Besooo.

viernes, 8 de julio de 2011

¡Feliz Día de la Independencia!

El 9 de julio de 1816 Las Provincias Unidas del Río de la Plata declaran su independencia del Reino Español. Advertencia: esta es mi versión libérrima de los hechos, tómenla o déjenla.
La Revolución de Mayo de 1810 nos dió algo así como nuestro primer Gobierno Patrio, la Primera Junta. Este primer esbozo de autogobernarnos no nos salió maravillosamente bien, pero sirvió de base a otros que nos salieron muchísimo mejor. Bueno, a veces.
A este primer gobierno patrio le sucedieron la Junta Grande, el Primer Triunvirato y La Asamblea del Año XIII, el Segundo y el Tercer Triunvirato. En este punto los Patriotas se dijeron: tenemos el nombre de varias estaciones de subtes, calles, un Himno Nacional, y una bandera con colores que nos son propios. ¿Me quieren decir por qué seguimos dependiendo de España, justamente en este momento en el que Fernando VII lo tiene a Napoleón sobre su cabeza cual espada de Damocles?
La respuesta era simple, aunque tal vez no tanto, pero, la situación era ideal. Nuestra Madre Patria estaba pasando por una de las peores situaciones políticas de su historia y sin indignados, aún. Era “ahora o nunca”. Y fue “ahora”.
Fue así como se decidió celebrar un Congreso, en la Provincia de Tucumán. Lejos de las influencias de Artigas, que ahora será muy prócer con nombre de calle paqueta, pero parece que en ese entonces era un poco rosquero.
El Congreso estaba compuesto por 33 hombres de distintos estratos, abogados, frailes, religiosos y militares. Ellos serían los encargados de orientar nuestros destinos, de darnos la libertad, de convertirnos en Nación Libre y Soberana. Y así lo hicieron, sin viáticos, sin contradictorias suculentas dietas, pero con mucha responsabilidad, mucho coraje, y aun más valor.
Tras cuatro meses de sesiones, y no entre gallos y medianoche, se declaró nuestra independencia mediante un Acta, en la que se decía: ”que preguntados los representantes si querían seguir siendo dependientes de España y su Metrópoli , estos en forma unánime y espontánea votaron por la INDEPENDENCIA DEL PAIS”.
Palabras o hechos más, o menos,  así fue,  como los representantes de las Provincias Unidas de Sud América reunidos en Congreso e invocando al Eterno, declararon nuestra Independencia.
Señoras y Señores, deseo que mañana tengan un muy feliz Día de la Independencia.
Hago propicia esta ocasión para desearle a los porteños  un muy buen sufragio, por favor votemos con responsabilidad y a conciencia. Que el ejemplo de esos prohombres que contribuyeron a hacer nuestra patria libre y soberana nos ilumine y nos guíe.
Besooo.
Buen fin de semana y ¡FELIZ DÍA DE LA INDEPENDENCIA ! ¡VIVA LA PATRIA!.

jueves, 7 de julio de 2011

¿Civilización o barbarie?

Desciendo de españoles, es más yo misma sin haber pisado jamás la Madre Patria soy española, por esas locas cosas del Ius Sanguinis (derecho de sangre). Hecha la pertinente aclaración y habiendo mostrado mis credenciales ibéricamente habilitantes, me siento total y absolutamente facultada para dar mi punto de vista sobre cierta “actividad festiva” celebrada por mis compatriotas.
Hoy es 7 de julio San Fermín, y aunque no pienso ir a Pamplona hay mucha gente que si. En realidad esta fiesta es, como decirlo, un tanto trucha. La fiesta  de San Fermín se celebra el 24 de septiembre, pero como caía en otoño por las inclemencias del tiempo era un fracaso total, así que en el año 1591, se decidió pasarla al mes de julio. Mes en que se producía por aquellos lares, una gran concentración de gente por las ferias comerciales y  las corridas de toros.
En mi humilde opinión,  la actividad principal por que que esta fiesta se hizo famosa, es absoluta y definitivamente barbará. No barbará de genial, espectacular o maravillosa, sino barbará de barbaridad, de bestial, de retrograda.
La referida actividad consiste en lo siguiente: una caterva de tontos se reúnen en una calle angostititita, donde no hay lugar ni para cambiar de idea, como dice Dany.
Una vez que están todos ahí vestiditos de blanco con un pañuelete rojo, bien apretados como sardinas enlatadas y apretadas, largan a unos pobres toros asustados que salen corriendo y arremetiendo contra todo el mundo como alma que lleva el diablo.  No lo califico así por que haya visto al diablo llevándose a un alma, pero me parece una expresión valida para definir a estos pobres toros,  que se ven mezclados de manera inconsulta y forzados a participar en esta actividad de lo más incivil.
Una vez que están todos ajustados y han tomado la forma de la vereda que les sirve de continente, esta  gente de la caterva, comienza a correr y correr como verdaderos bobalicones . Otra de las gracias que hacen estos pergenios es agitar sus pañuelos rojos frente al pobre toro creyendo que el color de la furia los enfurece, como si el toro pudiera distinguir los colores. Insisto el noble animal no esta ahí por que quiere sino por que lo llevaron, como si ello constituyera un verdadero acto de valentía.
Eso si cuando el toro los mira fijo y un poco feo, salen corriendo como nenes asustados, buscando algún balcón de donde colgarse, por que eso si, serán estúpidos pero no tanto.
Por supuesto, en esta suerte de festejos nunca faltan muertos, contusos, machucados, magullados, heridos graves, y de los otros, en fin un sin número de gente estropeada tal como lo definiría la Tía Vina.
Nunca entendí esa pulsión de ciertos ibéricos por medirse con los toros (tal vez no supieron transmitírmela, nosotros siempre le fuimos al toro), derrotarlos, someterlos y matarlos. ¿Tal vez será que quieren medir quien es más animal?
En resumidas cuentas, esta es la manera como después de casi más de cinco siglos, se sigue divirtiendo en una fiesta de un santo con fecha adulterada, “alguna gente civilizada que vive en el primer mundo”.
Besooo.

miércoles, 6 de julio de 2011

De presencias, ausencias y porcentajes

Promedia la campaña para ocupar el cargo de Jefe de Gobierno, el domingo va a ser la hora de la verdad. Tal vez se develará el misterio (si no hay segunda vuelta) y conozcamos a quien regirá el destino de los porteños en los próximos cuatro años. Los candidatos están allí, en las listas, esperando a ser votados.

Para aumentar el fragor de la campaña, que por cierto fue un tanto tibia y felizmente un poco más civilizada que en otras ocasiones (aunque hubo ciertos extraños allanamientos de último momento no muy claros) tuvo algunos condimentos interesantes, que van mostrando un posible esbozo de lo que van a ser las primarias y las generales de octubre.

Uno de los referidos condimentos campañísticos son las encuestas hechas por los distintos candidatos. Todas por supuesto fueron mutando progresivamente, dieron resultados, proyecciones y porcentajes por demás disímiles. Claro, todo depende del cristal con que se mire, y de la vara con que se mida, en teoría, todo debería ser mirado por el mismo cristal y medido con la misma vara para que los resultados sean parejos,  y así  todo tenga la misma vista y la misma medida. Pero, en la práctica entran a jugar otras cuestiones, como quien obla la referida encuesta. Quizás algunas consultoras apliquen el principio del cliente siempre tiene razón, o aplicado al caso que nos ocupa, el cliente es el mejor posicionado.

El otro ingrediente significativo fue el debate o debates televisivos, que a su vez trajeron aparejados otros debates generados en los votantes. Hubo presencias, ausencias, impedimentos, invitaciones, no invitaciones, declinaciones y objeciones ideológicas. En fin, nimiedades de la política. Hoy es el último debate, van a participar 10 de los 14 candidatos.

A este debate sí va a ir el candidato que no quiso ir al otro debate por objeciones ideológicas, pero no va el que fue al otro debate, por que dice que se armó especialmente para el candidato de las objeciones. Si, lo sé, es un lío explicarlo y otro lío entenderlo, pero no es más que mi descripción de la conducta de estos dos niños, digo candidatos.

Otra cosita, un detalle de color que a lo mejor les parezca una cara cuestión menor: el debate que se va a llevar a cabo en el Cine Cosmos organizado por la UBA, nos va a costar algo así como $ 100.000.- Con esos dinerillos se van a sufragar los gastos de atriles, escenografía (que por el monto, como mínimo se la deben haber encargado a Cesar Pelli), banners, catering para 100 periodistas. Pero, tal vez también les alcance para pitos, matracas y seguramente un carnaval carioca en el que participaran todos los asistentes una vez finalizado el debate.

La novedad  en estas elecciones  es que por primera vez se va a votar en mesas mixtas, y vamos a elegir comuneros, que son  una suerte de delegados de cada comuna.

Lo importante es que una vez más, el domingo tendremos la posibilidad de ejercer nuestro derecho como ciudadanos, y elegir, entre lo que hay a lo que consideremos lo “mejorcito”.

Besooo.

martes, 5 de julio de 2011

Descabelladas manías formales

Hoy, continuando con mi lista de cuestionamientos inútiles, vanos e intrascendentes, que no dan ningún sentido a nuestras vidas, es el turno de “actitudes, conductas y preguntas tontas que las empresas incentivan y compelen a tomar a sus empleados”.

Consignaré a continuación dos ejemplos de las mismas de las que he sido testigo. Testigo, pero no mudo testigo.

El otro día mi consorte quería pagar el importe de mi línea de teléfono celular con su tarjeta de débito. Debo aclarar que cada pago que hace, se asemeja a una aventura sin par, siempre es diferente, hay tantos requisitos como operadores tiene la empresa. Pero esta se destaca por haberse solicitado algo de lo más ridículo. Después que hubo dado todos los datos de la tarjeta, número de la línea, de mi DNI, dirección, la operadora dijo que debía constatar mi identidad.

Él, que a diferencia de mí, es un ser de lo más paciente, ecuánime y reflexivo, tratando de que ella considere la tontería que había dicho le contestó: "Pero, señorita, es para hacer el pago de una línea. ¡Le estoy dando todos los datos!". Ella, con su casette puesto, le dijo seriamente: "Señor, debo constatar la identidad de la titular de la línea".

Como no había forma de que tomara el pago si no escuchaba una voz femenina tuve que darle el gusto y hablar con ella para que ”constate mi identidad”. Me preguntó nuevamente todos los datos que ya le había dado mi consorte. Cuando terminó le pregunté "¿Cómo podés constatar la identidad de una persona por teléfono? En todo caso sabés que te atendió una mujer, pero no sabés si yo soy realmente yo o alguien que se hace pasar por mí. ¿Te das cuenta de lo ridículo de tu planteo?"

Ella con una coherencia exasperante, volvió a repetirme que “debía constatar mi identidad”. Como noté que ni siquiera iba a considerar mi invitación a reflexionar sobre la tontería de la constatación, me limité a cortar y decir fuera de línea lo que pensaba de la empresa y, por supuesto, de ella.

Aunque su insistencia llevó a mi sesera a concebir una idea un tanto… Tal vez, su obstinación tenía una razón, tal vez la tecnología avanzó tanto que se pueden tomar mis huellas digitales con un escáner a través de la línea telefónica, o quizá la empresa tenga un reconocedor de voz y a través de él constate que vos sos vos. La idea es un poco paranoica, pero en realidad la descarté por ridícula. Así que dejé de lado esa teoría.

Hoy fuí a esa cadena de farmacias que tiene nombre de ciudad, compré un artículo que costaba $ 12,50.-, pagué con tarjeta de débito, el chico de la caja me preguntó "¿En cuántos pagos?". Tuve el impulso irrefrenable de decirle en DOCE, pero, tomó la palabra mi madurez.

Besooo.

lunes, 4 de julio de 2011

Sólo la parte pertinente

A veces no entendemos bien, otras no se nos explica bien, otras queremos entender sólo lo que queremos. Entonces sólo escuchamos lo que queremos escuchar, o lo que subjetivamente queremos que nos digan, y nada más que eso.

Es entonces cuando se ponen en marcha una serie de mecanismos que son vitales para lograr nuestro cometido. Es cuando parte la orden a nuestro cerebro para que opere como una compuerta, conformando una unidad, que consta de él y nosotros, constituyendo un todo impenetrable contra la “parte no pertinente”.

El sentido del oído y tal vez el de la vista, se clausuran, se dejan en suspenso hasta nuevo aviso, ese nuevo aviso solo operará en el momento preciso, en ese efímero instante en el que se dice lo que se quiere oír, o al menos en el que parece o se interpreta que se dice lo que queremos oír.

Para ello cualquier elemento es útil, una entonación, una palabra, una pausa, una respiración, un silencio, una mirada, todo es válido. Lo verdaderamente necesario es ese resquicio, ese espacio por donde se pueda filtrar la duda, la ambigüedad, la interpretación velada.

Solo basta una mínima grieta o fisura, esa pequeña punta, ese nexo causal que nos permita asirnos de la soga que unirá y conectará firmemente lo que se dijo con lo que escuchamos. Algo que nos transporte a la realidad paralela en la que vivimos, en ese lugar donde escuchamos lo que creemos escuchar y no lo que realmente se dice.

Esa realidad en la que vivimos, creemos, y mostramos a los demás como una verdad absoluta. Esa ficción que enarbolamos aliándonos con nuestro cerebro.

El mantenerla no es tarea fácil. Tenemos que trabajar arduamente, sin descanso. Es como querer colocar un círculo en el espacio delimitado para un cuadrado. Con esmero vamos puliendo las aristas, o lo que es lo mismo, vamos retorciendo, manipulando y enmascarando todo lo que no concuerda con aquello que “es pertinente”. Nada tiene que desentonar en nuestra realidad, eso es vital para su permanencia y persistencia.

Tal vez esto arroje cierto manto de duda sobre el refrán “a buen entendedor pocas palabras”. Porque lo que aquí no se explica, o no queda claro es: que tan buen entendedor es el entendedor, si las pocas palabra que entendió son las que quisimos decir, o en realidad fueron las que él entendió o las él que quiso entender.

Quizá todo se deba a la libertad de pensamiento y la selección de lo que queremos o no escuchar obedece a que somos librepensadores. Quien lo sabe, después de todo somos seres únicos. Claro, todo sería más fácil si viniéramos con un manual. Pero no. En fin, caprichos de la naturaleza.

Besooo.

viernes, 1 de julio de 2011

¿Más extraño que la ficción?

Ayer era uno de esos días, (de los que últimamente abundan) en los que el transporte estaba extraño, casi errático. Esos días en los que los colectivos no vienen por mucho, mucho tiempo, pero después vienen todos juntos, en formación cerrada.

Cuando los ves venir, parás al pelotón a la vez que cruzás los dedos y albergás la secreta y loca esperanza de conseguir un asiento para recuperar el calor en tus pies frizados.

Pero, esta es la realidad, así que, obviamente ¿cuál se detiene? Sí, claro, por supuesto, no podría ser de otra manera: el que viene más lleno. Así que terminás viajando a presión. Eso sí, con calor humano, mucho. Lo que en esta época del año, con estas temperaturas, no viene nada mal y recuperando la temperatura piecística a base de pisotones

Cuando emprendía el regreso a mi morada, ví como se iba un colectivo en mi propia cara. Fue por ventaja mínima, lo que me jugó en contra es que tenía viento de frente, si hubiera tenido viento de cola, ni en sueños me gana.

Razón por la cual tuve que esperar un buen rato en la parada. Cuando me refiero a buen rato quiero decir, largo, larguito. El tiempo trascurrido entre trasporte público y transporte público, y el helado viento polar, me dio ocasión de reflexionar sobre el “estado de las paredes”. Estado deplorable

Vi pintadas, pintaditas, las que podrían dividirse en: intrascendentes, ininteligibles, divertidas, ingeniosas, insultantes y políticas. Las dos ultimas divisiones no se relacionan entre sí, al menos no se relacionan necesariamente entre sí.

También tuve tiempo de ver los carteles, murales, leer la panfletería pegada en las columnas de alumbrado y enterarme de los servicios que allí se ofrecían.

Los carteles políticos merecen un capítulo aparte. Las pegatinas son inmundas, un cartel pegado sobre los jirones del otro. Me imagino lo feliz que están los que viven allí, luciendo toda esa mugre en las paredes de su casa. O aquellos que pagan su espacio publicitario y tienen sobre sí un mundo de ofertas, promesas y vamos bien aunque venimos peor. Tratando se soslayar el hecho que están pegados espantosamente torcidos (lo que pone muy nervioso a mi TOC).

Yo que los pegadores de carteles iría teniendo mucho cuidado y meditando muy bien los pasos a seguir. No sea cosa que por una de esas malas jugadas mágicas del destino, un día amanezcamos con la noticia que tenemos un nuevo candidato.

Si, una suerte de monstruo construido a base de los carteles pegados uno sobre otro, más el engrudo, más el agua, más el frio, más las cenizas y demás elementos que vuelan por el aire. Es algo plausible, puede pasar, porque no, cosas más extrañas nos han ocurrido.

El referido engendro candidateado, contaría también con todas las características, cualidades, dualidades, vicios, defectos y virtudes de los candidatos que conforman su estructura. Y lo que es peor su postulación seria perfectamente válida, porque estaría varias veces habilitado para participar de estas elecciones, y además sumaría los votos de todos los candidatos, por lo que conformaría en si mismo algo así como una megalista colectora. Aterrador ¿verdad?

Besooo.

Buen fin de semana.