miércoles, 21 de septiembre de 2011

La leyenda de la Primavera

La primavera no existe desde que el mundo es mundo, sino que fue una invención posterior. En esos días el invierno era sucedido por el verano. De la noche a la mañana los árboles se poblaban de hojas, los nidos de pájaros y las plantas de frutos.

Un día estaban todas las Diosas reunidas en el Olimpo. Hera, muy pensativa, con la mirada perdida, mirando y admirando el paisaje. De pronto dijo: “¿No les parece que debería haber una estación intermedia entre el invierno y el verano?

Tenemos dos solsticios y un equinoccio, ¿por qué no tener dos de cada cosa? Necesitamos algo que medie entre el invierno y el verano. Una estación en la que los árboles se pueblen paulatinamente de hojas, en la que las flores nos regalen su aroma y sus colores y que luego se conviertan en frutos.

Una estación que inspire a los poetas, a los pintores, a los artistas, una estación que sea propicia para que el amor nazca, crezca y viva. Una estación que celebre a la juventud y a todos aquellos que son, y serán por siempre, jóvenes de espìritu. Una estación en la que todo renazca y se celebre la vida.”

Inspiradas por esta idea, e imbuídas por la emoción creativa, las otras Diosas comenzaron a dar sus pareceres sobre como debía ser la nueva estación. Entonces se produjo una suerte de tormenta de ideas en la que cada una de ellas hacía su aporte.

Otra de las Diosas sugirió que la nueva estación debía ser femenina, solo así podría representarlas. Al igual que una mujer era la estación que iba a dar vida, estaría plagada de aromas, colores, alegría y belleza.

Todo estaba listo para presentarle el proyecto a Zeus, pero faltaba un detalle. ¡Y qué detalle! Como iban a llamar al nuevo equinocio. 
Las Diosas eran muy imaginativas, los nombres abundaban. Como eran muy organizadas hicieron una lista y lo sometieron a votación.

El sufragio se llevo a cabo muy ordenadamente y en paz. El nombre de Primavera fue el que obtuvo más sufragios. Al enterarse que este habia sido el nombre ganador. todas se pusieron muy felices por que este nombre era la síntesis de esta nueva estación de transición. Porque el término Prima proviene de primero y Vera de verdor.

El proyecto fue elevado debidamente a Zeus, quien lo aprobó de buen grado. Y anunció a todos los Dioses del Olimpo que a partir de ese momento iban a tener dos equinoccios y dos solsticios.

Obviamente esta es una leyenda apócrifa. Mi versión libérrima de como fue creada mi estación preferida. No hubiera sido yo si sólo les hubiera dicho: FELIZ PRIMAVERA.

Besooo.

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