viernes, 16 de septiembre de 2011

Tan cálidas como el hielo

Son frías, feas, desalmadas, sin personalidad. Solo están ahí inmutables, pétreas, insípidas, como un icono pálido y antipático de los tiempos modernos. Se limitan a cumplir la función para la cual han sido creadas, no interactúan con el humano porque carecen totalmente de humanidad. Su vida es más larga que la de sus antecesoras, pero ellas lo desconocen.
No crean ambiente ni trasmiten amabilidad. Son el producto de diseños fabriles. Cobraron vida sólo para ser útiles, por eso se las creo sin corazón ni entrañas.  Sus formas son rígidas, forzadas, no se parecen a nada que exista en la naturaleza. No inspiran, ni invitan a tu imaginación a volar, para que en ese vuelo juntas encuentren semejanzas, parecidos y coincidencias. Y mejor no las mirés fijo, por que te aseguro que  te hieren.
Ellas sólo son, y se comportan como, empleadas maquinales. No se involucran. Muestran su eficiencia sin querer hacerlo, hacen lo que deben hacer, no se extralimitan, solo duran, perduran. Cumplen a la perfección su cometido, hasta el final o por lo menos hasta el suyo.
Sin lugar a dudas y sin temor a equivocarme, las lámparas bajo consumo son uno de los inventos de esta era que peor me cae. Serán muy ecológicas, gastaran menos energía… Tal vez sea así, pero a mí me caen pésimo.
Ponen distancia desde el nombre mismo: “lámparas bajo consumo”. Las otras eran denominadas como: ”bombitas, lamparitas, velitas miñón”… Nombres mucho mas cariñosos, afectuosos. Ellas eran como parte de la familia. Ellas cumplían su cometido, daban luz a nuestra vida. Daban una luz creíble, no hacían ver todo como un quirófano en tonalidades que van desde el blanco níveo al blanco flúo.
Sus formas eran simpáticas, variadas, amables. Las mirabas y las admirabas, te causaba curiosidad su mecanismo. Parecía mentira que algo que semejaba un frasco de vidrio con un alambre dentro en forma de V diera tanta luz. Las “lámparas bajo consumo” no tienen magia, ni misterio, nada se ve. Me dan la sensación que fueran los dedos de un alíen, aguardando el momento propicio para penetrar en tu cráneo, romperlo, y sacar lo mucho o poco que allí tengas. Y después de haber perpetrado ese acto de vaciamiento, hacerte sumbutrule.
No digo que todo tiempo pasado fue mejor. La tecnología hace cosas maravillosas, con diseños fantásticos, pero con las “lámparas bajo consumo” no encuentra el rumbo. Y si no piensen, ¿que pondrían como icono de pensamiento, una lámpara bajo consumo con dedos largos de alíen, o la simpática bombita con forma de pera?
Bueno los dejo con esa pregunta trascendental para que la mediten, tienen todo el fin de semana para hacerlo. Por cierto es el ultimo fin de semana del invierno y para estar a tono con la despedida, el servicio meteorológico vaticinó que va a estar ESPANTOSO. En fin al mal tiempo buena cara  :-D
Besooo.
Que tengan un muy buen fin de semana

1 comentario:

  1. No lo había leído. Esta genial!! Ya te dije que tenes un forma de escribir muy amena. No es nada fácil tratar con este nivel temas tan mundanos...
    Otra vez me hiciste reír y reflexionar!! Y es cierto nos ponen esa distancia hasta en el nombre. Es el "encanto" de la producción de mercado,Jajá.
    Saludos.
    Raúl.

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