lunes, 17 de octubre de 2011

Verguenza Morena... casi propia

Hoy estoy furiosa, preocupada, siento mucha vergüenza, por mi y por todos. Ese cúmulo de sentimientos hace eclosión en mí. Mi inspiración en confabulación con mi atención, susurran frases que me disparan pensamientos, sensaciones, e inquietudes, que toman vida propia. Y se hacen incontrolables. Porque quieren ser plasmados, conocidos, y tal vez compartidos. 

Otra vez él, el arquitecto de nuestros precios, el ilusionista que dibuja nuestra economía, nuestro Harry Potter vernáculo. El autor de varios excesos y el protagonista de cuantiosos escandalotes que nos ponen colorados. Porque esta bien, lo reconozco, una cosa es el INDEC y su manipulación. Y aunque el lo niegue y ella no quiera reconocerlo y tomarnos por tontos,  no se molesten mas, igual nos damos cuenta. Aunque ya casi nos estamos cansando de mencionarlo.

Eso es algo anecdótico, casi divertido. Todos lo sabemos, es parte del juego, de esa obra pictórica cuyo título es “estabilidad”. Ni la justicia, ni los sindicatos, nadie tomaría como ciertos los datos del INDEC. Que pasó de ser un organismo creíble y prestigioso a ser nuestro chiste nacional.

 Lo que sucedió el domingo con Guillermo Moreno es demasiado, rompió todos los límites Ante los ojos de un nutrido grupo de ciudadanos, nuestro Secretario de Comercio golpeo a un militante de otro partido. Solo por el hecho de pertenecer a otro partido, por pensar distinto. Eso provoco su intolerancia, y despertó su ira.

 Condenaríamos ese acto en cualquier ciudadano común, por su gravedad y  peligrosidad. Pero mucho más grave y peligroso, es, que tamaño acto de intolerancia, haya sido perpetrado por un Secretario de Estado, imperdonable.

 Lo que no tenemos que tolerar ni dejar que se tolere es la intolerancia. Del intercambio de ideas y el disenso surgen los grandes proyectos, eso es lo que hacen los países serios.

 De nada sirve que todos digamos que sí a todo, ni que seamos obligados a ello. Tampoco es bueno ni sano  que todos pensemos lo mismo. Porque en ese caso pasaríamos de ser ciudadanos que gobernamos a través de nuestros representantes a ser súbditos. Porque ese se es uno de los rasgos de lo gobiernos autoritarios: Algo que, claro, no pretende ser este…

 Ojalá este señor tenga la suficiente dignidad y hombría de bien como para hacer lo que corresponde. Ya que no hubo otras, esta es “la oportunidad” para demostrar su honestidad. Para hacer un examen de conciencia, analizar en profundidad su conducta intolerante, y presentar su  renuncia indeclinable. Pero, si ello no ocurre, ojalá que alguno de los integrantes del gobierno se la pida, o tenga la visión y valentía para echarlo.

 El domingo tenemos una oportunidad única, la oportunidad de hacer escuchar nuestra opinión, la oportunidad de elegir libremente a nuestros representantes, a quienes queremos que nos gobiernen. Recordemos esto al momento de emitir nuestro sufragio.

 Besooo

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