Como en un cuento de hadas, sin brujas malas y con
final feliz, y quizás lejos, muy lejos de lo que alguna vez imaginó. Ella
recorrió las calles sin él y vitoreada por el pueblo. Estaba feliz, radiante,
luciendo un exclusivo vestido negro, señal de su luto. Esta vez, no era copia
del de Letizia. No es una afirmación, es pregunta.
Exudando glamour, bajó inmaculada, impecable,
exultante de su auto azul noche. Notaba al igual que todos la ansiedad de su
compañero, al menos, su compañero durante los próximos cuatro años. Una de las
muestras de ansiedad de su Amado se puso de manifiesto en su apariencia: parecía
haber dormido con su traje puesto, o bien, haberse despertado tarde olvidándose
de plancharlo (y te juro, ma, que yo no se lo planché). Entiendo, es un traje
liviano, de verano, pero como dice mi mamá: “No cuesta nada darle una
planchadita”. Y ahí, entre otras cosas, faltó plancha.
Juntos entraron al recinto, juraron, como es de
rigor, por Dios, la Patria y por Él en sus nuevos cargos de Presidente y
Vicepresidente. En realidad la que juró por él fue ella, él no juró por él, pero
si hubiese podido hubiese jurado por él, él, no por el de ella. Tuvimos esa
foto, que todos presagiábamos desde que ella dejó de hacerse los rulos para dar
el sí.
Ellos regirán nuestros destinos los próximos
cuatro años, ellos estarán a cargo de este país. Tal como lo decidió la mayoría
de manera aplastante y contundente el 23 de octubre. Ahora sólo nos queda
acompañar, ahora sólo nos queda pedir que les vaya bien. Por que si le va bien
al país, nos va bien a todos.
Es hora de que este país empiece a despegar. Es
hora de que a este país se le dejen de poner parches, endebles y mal pegados, y
comience a crecer de verdad. Sin dibujos ni falsos índices. Es hora de que se
creen nuevos puestos de trabajo, y se deje de dar subsidios. Es hora de que este
país deje de tener clientes y pase a tener votantes, con voto independiente. Y
no votantes que sólo votan para seguir teniendo un subsidio.
Ojala la despedida de Cobos haya sido el último
acto de intolerancia de este gobierno y sus seguidores. Sentí vergüenza, propia
y ajena de cómo se trató en ese recinto, por el que pasaron tantos prohombres
que hicieron grande a nuestro País, a un vicepresidente de la Nación.
La Presidente resultó electa por voluntad del 53%
del padrón electoral. Cuenta además, con mayoría absoluta en ambas cámaras. La
oportunidad es inmejorable. Ella tiene en sus manos la posibilidad de escribir
una página importante en nuestra historia. Espero que elija para escribirla, una
estilográfica de lujo, esas que hacen una letra impecable, clara y legible. Y no
una birome de mala calidad, de esas que parecieran tener un clavo en la punta, y
solo permiten hacer garabatos ilegibles. ¿No?
Besooo.
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