martes, 17 de abril de 2012

Tiempo Inestable

A veces creo tener la sensación de que estamos viviendo en un castillo de naipes, a punto de ser arrasado por un soplido. Otras siento como si viviéramos en un castillo de arena, sólidamente fundado sobre arenas movedizas. Lo malo es que ellos no se dan cuenta de nada de esto.

No nos ven y mucho menos nos escuchan. Sólo siguen sus impulsos, sus erróneas corazonadas, sus inexplicables caprichos. Creen hablar en secreto, aunque alguien siempre lee sus labios y finalmente todo termina saliendo a la luz. Por más que ellos después se empeñen en velar lo revelado.

Esconden los fracasos y la basura debajo de una bella alfombra, el lugar más evidente. Ellos lo creen seguro, aunque para nosotros es el más obvio, en el que primero vamos a buscar. Son poco imaginativos, o tal vez sólo nos subestiman.

Quieren distraernos, haciendo que miremos para otro lado. No quieren que veamos. Ni que recordemos y mucho menos que registremos lo que hacen. No todos creemos las historias que nos cuentan, ni las explicaciones que nos dan. Muchos somos los que vemos  sin cristales de colores la realidad. Esa que no se puede ocultar ni tapar.

El domingo se conoció el informe de los Peritos Técnicos sobre el accidente de Once, aunque aún no es el definitivo. Raro, raro, un domingo, quizás se haya dado ese día  para expiar culpas. Esta no es una afirmación, tan sólo una pregunta.

No sé si los peritos habrán entregado sus conclusiones con la cara tapada con ambas manos, o las entregaron con capucha. A mí en su lugar me hubiera dado vergüenza y mucha. Propia y ajena de decir lo que ellos dijeron, a cara descubierta y sin ponerse colorados.

Ellos sostienen que los frenos funcionaban correctamente, y que el accidente se produjo porque el maquinista no los accionó a tiempo. Enfatizo, la pericia me da vergüenza, pero no me sorprende en lo absoluto.

Como lo dije en otras oportunidades, fui usuaria de esa nefasta línea durante años. El material está fatigado, agotado, terminado, inutilizable, inservible. Si no fuera por el coraje y pericia de los maquinistas los accidentes se cuadruplicarían.

Claro, esto nos invita a reflexionar, a pensar y tal vez a sacar ciertas conclusiones maliciosas. Que ellos naturalmente nos invitan y nos provocan a sacar. Quizás, digo, hipotéticamente hablando, si el Estado hubiera sido querellante, y no querellado, otro hubiera sido el resultado. ¿No?

Este estado que nos sorprende cada día, este estado que tapa y destapa. Este estado que nos educa y entretiene como la tele cambiando de canal, y de temas, como un desquiciado enloquecido. Justo en este momento se acordaron de sacarles YPF, justo ahora.

De todos los momentos, oportunidades, dimes y diretes, se eligió este. El peor, el más comprometido, el menos adecuado para ellos. El momento en que ellos más nos necesitan y nosotros más los necesitamos. Para que no nos saquen lo que nos dieron, y nos apoyen donde tienen que apoyarnos.

El sentido de oportunidad evidentemente no es su fuerte. En definitiva nada, ni esto ni lo otro, parece estar demasiado limpio ni quedar demasiado claro.

Todo estuvo muy oscuro desde el principio, así que por más que ahora se quiera hacer todo en un ámbito aséptico, ya es demasiado tarde. Como decía mi abuela Máxima no solo hay que serlo, sino también parecerlo. En esto hay que poner el mayor acento y esfuerzo.

Besooo.

ferro

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