jueves, 15 de marzo de 2012

Mutabilidad inmutable

En el ultimo mes han habido varios sucesos que llamaron mi atención, la captaron y hasta la hicieron prisionera. Como lo dije en otras oportunidades, ella trabaja como un ente autárquico. Cuando alguien o algo hacen que ella se interese, inmediatamente toma primero dulcemente de la mano a mi interés.

Aunque si no logra que él se entregue en cuerpo y alma, no duda, ni por un minuto, en emplear otros métodos menos amables, pero mucho más convincentes. Es en ese momento cuando comienza su trabajo intensivo, es en ese momento cuando comienza a plantar en mi cabeza miles de pensamientos, preguntas y reflexiones que estallan de manera coordinada y ordenada.

Apoderándose, adueñándose, tomando como propio mi no muy amplio espacio de pensamiento. El otro día estaba mirando la tele y apareció él. El en este caso no es él, sino que me refiero a él como a “él” para generar un poco de expectativa.

Me refiero al nuevo Spot de la Cámara Argentina de Recursos Mineros. El que capturó, inmediatamente, mi atención, e hizo que ella montara en cólera y se levantara en armas. En ese spot, se intenta explicarnos, como si fuéramos nenes de jardín, porque la minería es importante, algo que nadie duda y con lo que nadie está en contra.

Desconozco porque se utiliza tan irritante y, sobre todo, sospechoso tonito. O quien habrá sido el genio que lo craneó. Tal vez se utilice esta modalidad para darnos confianza, remitiéndonos a través del referido tonito, a nuestra más tierna infancia. Tal vez sea por que nos consideran un tanto infantiles, inmaduros y quizás un poco bobos.

Tal vez temen que no entendamos, o que entendamos demasiado, si los locutores de las propagandas, no utilizan ese tono de “maestra de salita celeste”. A ciencia cierta no lo sé, lo único que sé es que me sentí transportada a mi niñez, esperando crispada escuchar en cualquier momento, a la voz del spot decir: ”a guardar, a guardar cada cosa en su lugar…”

El referido spot es una encendida defensa a la explotación minera, explotación que si estuviera hecha a conciencia y respetando el medio ambiente, nadie atacaría. En fin, la susodicha publicidad, nos invita a imaginar como sería el mundo sin minería. Esto a través de ejemplos un tanto simplones, obvios y algo discutibles.

Se habla, por ejemplo entre otras cosas que sería inimaginable tener una casa sin techo y sin paredes, de un casamiento sin anillos, un enfermero sin ambulancia, de una silla de ruedas sin ruedas, una fábrica sin electricidad, un científico sin computadora.

También es difícil de imaginar que haya gente que viva en un lugar donde todo el tiempo pasan camiones con explosivos. O donde se hagan explotaciones mineras a cielo abierto, y con ellas se contamine no sólo a sus habitantes, sino también el suelo y el agua. Sería una idea loca, impensada, surrealista, sin pies ni cabeza.

Esto mismo pensaban nuestros gobernantes en el año 2009, que consideraban que Argentina estaba en peligro por la explotación minera que se había abierto mediante leyes dictadas en los años 90. Y no sólo lo pensaban, sino que también lo expresaron de manera indubitable, a través de un spot. En el que participaron varios actores con reconocida militancia Kirchnerista.

¿Qué cambió desde el 2009? ¿Por qué antes la explotación a cielo abierto ponía en peligro a nuestro país? ¿Por qué antes no y ahora si?¿Qué fue lo que pasó? No lo sé

Mientras tanto, y aunque no todos los días es noticia, los habitantes de Famatina continúan con los cortes y su reclamo. Lamentablemente lo hacen en soledad y un poco olvidados por nosotros. Ellos siguen reivindicando su causa en paz, y resistiéndose a la explotación minera. Y sobre todo resistiéndose a ser envenenados.

Mi solidaridad infinita con los habitantes de Famatina y su reclamo. Podemos vivir sin oro pero no sin agua.

Les dejo los links por si no vieron los spots, el primero es el más reciente a favor de la explotación minera, el segundo es en contra:

http://www.youtube.com/watch?v=n-pF_JNi5i8

http://www.youtube.com/watch?v=MHuLPLWCGoc&feature=fvsr

ferro

Besoo.

lunes, 12 de marzo de 2012

Confunicación

No siempre la tecnología nos une, ni nos acerca, ni nos hace comunicar. A veces pasa todo lo contrario: nos limita, nos separa, nos interrumpe y sobre todo nos incomunica. Quizás la rapidez de estos tiempos, la vorágine comunicativa hace que adquiramos deformaciones o vicios propios de estos tiempos. En ocasiones nos cuesta mantener una conversación ordenada, la ansiedad nos gana y eso nos hace no esperar apropiadamente la respuesta de nuestro interlocutor.

Interpretamos lo que él nos quiso decir, sólo escuchamos un enunciado, pero ese enunciado ¿es el enunciado? ¿Es lo que se quiso decir o es lo que nosotros entendimos? A veces esta sobre comunicación incomunicada nos toma por sorpresa, nos supera, nos turba, nos confunde. Y lo hace a tal grado y con tanta habilidad, que, con toda intención, nos hace entender algo diferente a lo que se nos está diciendo.

Es aquí donde la duda cruel acude a mi y me hace esa pregunta fatídica que no quiere ser escuchada, y mucho menos respondida. ¿Es ella o somos nosotros? ¿Quién o quiénes tienen la culpa de que el mensaje no llegue como debe llegar? ¿La culpa es de la vía por la cual llegó el mensaje?¿La culpa la tiene el mensajero que no transmitió adecuadamente el mensaje? ¿La culpa la tiene el receptor del mensaje que no lo recibió adecuadamente?

Tal vez la razón no sea una sola, tal vez las razones sean varias y muy diferentes, e incluso haya una conjunción de varias de ellas. Algo más o menos así es lo que pasó en la teleconferencia que sostuvo nuestra Presidente con Salustriana.

Salustriana es una habitante de la Quiaca con la que la Presidente sostuvo una “conversación” un tanto “peculiar”. Nuestra Primera Mandataria le pregunto a la señora en cuestión si alguna vez había viajado en subte, Salustriana un tanto desconcertada le contestó que no, que nunca. Hubo aplausos y risas, no termino de entender a santo de que venían ese expresiones, tal vez digo yo, estaba en el guión. En fin.

Después del “nunca” Salustriana hizo un primer intento de comenzar una alocución, diciendo: “Señora presidenta”… Pero dicho primer intento fue interrumpido por la presidente diciendo: “¿No querés, Salustriana, que un día vaya con el Tango 01 y te traigo a Bs. As. para que conozcas los subtes?”

Pausa. La voz de la presidente (”Vas a poder… vas a poder…”) y aplausos, tapaban la voz de Salustriana, intentando hablar con la presidente, “Señora presidenta, Señora presidenta, yo quiero hacerle una pregunta...”, le decía la mujer. “Acá necesitamos cosa más buenas que el subte…”.

Entre el eco, la mala comunicación, la lejanía, y los aplausos debidos a quien sabe que, la presidente entendió pésimo y quedó fatal. Contestándole a su interlocutora: ”No Salustriana, que voy a ser buena, soy una más, siempre me gustó ser una más…” le respondió.

La frustrada e incomunicada conversación que Salustriana intentó denodadamente mantener con la presidente es un vívido ejemplo, de lo que ha pasado entre el pueblo y los gobernantes desde que el mundo es mundo. El pueblo queriendo transmitir un mensaje contenedor de sus necesidades y anhelos y el gobernante sólo entendiendo la “parte pertinente”. Lo que a él le convenía, lo que él quería entender para sentirse confiado, seguro y sobre todo querido.

Parece mentira que ningún asesor, esbirro de turno, obsecuente, olfa, succiona calcetines o manya oreja de turno, fuera capaz, ni haya tenido el valor de decirle a la presidente que estaba entendiendo mal. Por el contrario, todos aplaudían tratando de acallar el pedido de Salustriana.

Por favor, seamos honestos, deberían dejar de hacer ciertas cosas o “prepararlas” con más seriedad. La imagen que dan es misérrima. Con ese entorno, las “campañas imaginarias de los medios hegemónicos” salen sobrando. Con amigos así ¿quien necesita enemigos, sean reales o ficticios? ¿No?

Les dejo el link para que vean el videete.

http://www.dailymotion.com/video/xpats3_cristina-y-salustriana_news

ferro

Besoo.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Cuando te toco…

Te miro, tu superficie es dueña de toda mi atención, mis ojos te miran profundo, escrutándote, tratando de desentrañarte. Todo en vos me atrae, me convoca lo que hace que te evoque. Intento tocarte aunque sé que debo frenar y refrenar ese impulso. Sé que producís en mi sensaciones encontradas, aunque tu efecto hace que las olvide por completo.
Busco en mi memoria lo que siento al tocarte, el solo pensarlo, pensarme y pensarte me hace estremecer. Entonces tomo distancia, te miro, y admiro por enésima vez. El tocarte me atrae como el abismo, tu voz muda me inunda, me llama y reclama el contacto.
Sobreviene la magia, ese efecto inexplicable que sobrecoge, embriaga. Ese efecto que se adueña de todo nuestro ser, que se apodera de nuestras sensaciones y domina nuestras acciones. Ese efecto que inhibe todo en mí y sólo hace visible un norte, una meta, un objetivo, mi objetivo.
Mi instinto se hace presente y hace surgir ese impulso irreprimible que me hace seguirlo hasta lograr su cometido. Por fin mis manos hacen contacto y te toco. Mis sensaciones resurgen en mi memoria, aparecen, se encuentran se confunden, chocan y se funden.
Nada es del todo claro, nada es del todo bello, ni del todo feo, ni del todo desagradable. Nada es del todo, nada es absoluto, todo es a medias y desmedido. Lo que siento es extraño y conocido, me colma, me desborda, me controla y descontrola. Hace que mi piel se erice como la de un erizo que se protege de algo que lo amenaza.
Todo eso desencadena el solo y simple hecho de que mis dedos te rocen, o que mi mano se pose en tu superficie o que te tome entre ellas. Debo reconocerte un gran mérito y un enorme poder sobre mis sensaciones. Debo reconocer que, siendo objetos cotidianos, provocan en mi las mismas reacciones que me producen ciertos sentimientos y emociones profundos y sublimes.
Y lo peor es que, por más que lo piense, no entiendo porque. Así es. No soporto la textura del algodón, la lana de acero, la fécula en general y la tiza, sea en polvo o compacta. El solo verlos me produce escalofríos y mi piel se eriza. Sé que su textura me desagrada, me agrede, pero no puedo dejar de mirarlos e intentar tocarlos.
Sus texturas me fascinan, es como mirar fijo una luz o girar y girar. Sabés que te hace mal, que te vas a arrepentir de haberlo hecho. Que te vas a cuestionar y culpar por haberlo hecho, pero no podés dejar de hacerlo. Es atractivo, magnético, irresistible. En fin, nadie es perfecto y yo soy el ejemplo palmario y viviente de ello…

Besooo.

lunes, 5 de marzo de 2012

Nunca digas ¿nunca?

Nunca pensé que esto terminaría así. En realidad, nunca pensé que terminaría. Lo creía eterno, atemporal, sin fecha de caducidad. Tal vez la comodidad y la conformidad trajo esas locas ideas a mi mente. Tal vez debía haberlo previsto. Si algo me enseñó la vida, y de la manera y en la forma más cruenta que pudo, es que nada es eterno.

Todos y todo en este mundo tenemos marcado un principio y un fin. Nuestra única certeza es ese fin, que llega en forma inexorable e impostergable. Es ese fin el que marca un nuevo comienzo, el que pone en marcha una vez más la maquinaria para que esta logre su cometido.

Pero claro, hay excepciones y esta es una de ellas. No siempre el fin anuncia el principio. Hay fines sin principio como en este caso, como en nuestro caso. Mi tarjeta Monedero aún no tiene sucesora.

Para los que leyeron mis otros post, (sí, otros), a este respecto, lean a velocidad de legal de radio. Para los que no los leyeron, léanlo… “a conciencia”. A fines de enero, al igual que muchos felices poseedores de la tarjeta Monedero, mi consorte, ellos y yo, nos enteramos que nuestra tarjeta, no iba a ser bendecida o alcanzada por el subsidio.

A partir de ese momento empezó nuestro interminable, dificultoso, imposible y engorroso periplo para conseguir la SUBE. Lo intentamos durante semanas, pero nada, no estaba por ningún sitio. En un momento comencé a pensar que la SUBE era una leyenda urbana, todo el mundo había oído hablar de ella, pero nadie la había visto.

Hasta que por fin, llegó ese milagro. Ese milagro impensado, ese milagro que aboliría las largas y multitudinarias filas al rayo del sol. Llego a nuestras vidas lo que otrora hubiéramos denominado “Argentina año Verde”. Así es, Argentina había madurado, y se había tecnificado.

Por fin podríamos sacar nuestra SUBE por internet, y así lo hicimos, el 1 de febrero a las 12:05 PM pudimos completar nuestro trámite. La sube ya estaba en marcha, había vuelto a nosotros la esperanza perdida. Todo era cuestión de una semana, tal vez días, u horas para que la tuviéramos en nuestras manos.

Seguíamos ávidos e ilusionados, el trámite por internet, cual niños que siguen por Google Earth la ruta de Papa Noel o los Reyes Magos. Todo estaba allí, los cambios eran constantes, parecía mentira, ella cada vez estaba más próxima, se acercaba a pasos agigantados.

De repente nada más pasó, todo se detuvo, se congeló como en una fotografía. Por días, y días y días nada más supimos de ella. Después de tantos avances sobrevino el estancamiento, el statu quo se hizo presente en nuestras vidas para quedarse.

Esta vez fue mi consorte el que no lo soportó más, el que quiso dar un corte, el que quiso saber porque. Entonces tomó el teléfono y marcó el número, que nos sacaría de las ascuas en las que estábamos sumidos desde el 18 de febrero, día en el que dejó de avanzar.

Primero llamo al número de SUBE. Marcó una, otra, otra, y otra vez más y nada, nada, nada de nada. Entonces llamó al Correo Argentino, la deben tener ellos pensó lógicamente. Después de escuchar un rato de música clásica, una voz humana se hizo presente en el auricular.

Una vez que le fuera formulada “la pregunta” por mi consorte, ella le respondió muy amablemente que el Correo Argentino no tenía nuestra tarjeta, y que ellos tampoco tenían plásticos para darlas. Por lo que nuestras esperanzas de recibir alguna vez la sube se están circunscribiendo a nunca.

Ahora bien, nuestra tarjeta no la tiene el Correo, tampoco la emitió SUBE. O sea que durante todo este tiempo lo único que hicimos siguiendo el trámite por Internet, fue el ridículo.

Para agilizar un poco la cuestión, lo único que se me ocurre, si les falta plástico, es ofrecerles algunas de las tapitas que junto para el Garraham, o algún envase de lavandina, shampoo, detergente. Se lo estaría llevando a Schiavi al Flenni de una corrida, o donde me digan, así nos hacen aunque sea dos tarjetitas… ¿No?

ferro

 

Besooo.

viernes, 2 de marzo de 2012

Ella y su universo

Es notable lo curiosos que somos los individuos. Es relevante como dos personas describen un mismo hecho de manera diferente, de acuerdo a su creencia, su bagaje cultural, su historia. Esto es lo que pone de manifiesto su individualidad, lo que lo hace que un ser sea único e irrepetible.

Aunque parezca extraño, esto viene a cuento por que ayer nuestra Presidente inauguró las sesiones ordinarias. Habló durante horas, varias. Como siempre en su alocución dió cifras, porcentajes. Habló de puestos en los que nuestro país se encuentra. Habló de cosas de las que no entiendo porque no me interesan, o quizás porque no me interesan no las entiendo.

En esas tres horas y pico pasaron muchas cosas por mi cabeza. Se produjo en mi marulo una suerte de “tormenta de ideas” imparable, incontenible, furiosa, copiosa, violenta que no me daba paz. En medio de toda esa vorágine desenfrenada, mi atención fue captada por un único y sólo pensamiento.

Un pensamiento que me hizo pensar muy profundamente, y reflexionar sobre como y porque ella y yo vemos realidades diferentes. Me pregunté porque no puedo ver lo que ella ve, porque yo veo algo diferente.

Me pregunté cual de las dos vive en una realidad paralela. Para mí, la realidad que ella describe es totalmente distinta o al menos difiere en mucho de la que ella describe.

¿Por qué será que vivimos dos realidades diferentes? ¿Tal vez estoy mirando con el cristal equivocado? ¿O tal vez esté mirando del lado equivocado del cristal? Me pregunto si me habrá pasado lo mismo que a Alicia. Y que ella haya quedado del lado bueno del cristal y yo del lado malo. Un lado que no es tan pujante, floreciente ni creciente como su lado.

No lo sé, tal vez en los papeles la realidad se vea mejor de lo que se ve en la realidad. Tal vez la realidad se vea de una manera más amable y pujante a través de otros medios que la remozan y la ponen hermosa, o al menos pasable. Tal vez para cambiar mi mirada de la realidad, tenga que dejar de ver lo que me rodea y ver más el canal oficial. ¿No?

ferro

Besooo.

Muy buen fin de semana.