miércoles, 14 de agosto de 2013

Optimismo de Miércoles

 

Intento irme pero ella no solo me llama. Me provoca, me reta, me impulsa, me guía. Es algo incontrolable, algo que se apodera de mi voluntad y guía mis acciones.

Encanta  al igual que lo haría una serpiente. Es magnética, hipnótica, irresistible. A estas alturas no me queda otra cosa que admitirlo, ella atrae como el abismo a mi atención que toma de rehén a mi voluntad.

Nunca fui una persona optimista, por el contrario. Tengo un sentido trágico de la vida. O al menos lo tiene mi parte andaluza a quien culpo por esa característica no del todo positiva.

Me sorprendo cuando las cosas salen bien, o al menos cuando salen. Miro las cosas con un cristal que torna todo un tanto apocalíptico.

Siempre se admira lo que no se tiene, aquello de  que carecemos y añoramos. Aquello que por más que nos esforcemos nunca vamos a conseguir. Quizás por que esta en nuestra naturaleza, en nuestro ADN.

Nunca creí que iba a decir esto, no es algo que me resulte fácil, ni grato. Pero nobleza obliga;”Cristina admiro tu optimismo”.

Ese optimismo que nunca te abandona, y que en ocasiones raya en el ridículo. Ese optimismo ciego y necio que a veces deviene en ternura. Y otras en una letanía interminable y poco amable, de calificativos hacia tu progenitora.

Optimismo desmedido que desdibuja todo a tu derredor. Y hace que veas una realidad que al igual que el traje del soberano, “solo ven los inteligentes”.

Sabes separar muy bien el trigo de la paja. Y ver lo que la mayoría de nosotros no vemos, ver mas allá o más acá.

Es simple, optimista, admirable, envidiable. Donde otros ven derrota, vos ves rotundos triunfos. Donde otros ven desempleo, vos ves pleno empleo con el nombre de planes sociales. Donde otros ven inflación vos ves crecimiento.

Todo depende del cristal con que se lo mire… y parece que el de ella está un poco empañado, o quizás le falte aumento

Besooo

 

 

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